Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios decía: “Vengan y vayamos al vidente”; porque al profeta de hoy, antiguamente se le llamaba vidente.

En la Biblia, la figura del vidente se refiere a un individuo que tiene la capacidad divina de comunicar la palabra de Dios a las personas. Los videntes eran considerados como profetas y sus mensajes eran tomados muy en serio por la comunidad religiosa.

Los diferentes profetas fueron llamados en épocas particulares para satisfacer necesidades especiales. Obviamente la mano del Señor estaba en su llamamiento. Por ejemplo, Amós fue llamado en un momento en que la opulencia y el formalismo religioso se combinaron para producir una gran marea de decadencia y promiscuidad social. El respondió con un estilo y mensaje adecuados a ese tiempo. Oseas se dirigió al pueblo en un momento en que las formas sociales establecidas se esfumaban. Ezequiel, osado en su lucha por lo recto, declaró: "Sabrán que hubo profeta entre ellos" (Ezequiel 33:33), al hablar de la época en que las calamidades predichas caerían sobre el pueblo.

Los profetas y videntes en la Biblia a menudo se mencionan juntos, aunque no todos los profetas eran videntes y viceversa. Un profeta es alguien que proclama la palabra de Dios, mientras que un vidente recibe visiones específicas de Dios.

Estas personas tienen una mayor receptividad a las señales sutiles del universo, lo que les permite acceder a información que otros no pueden percibir.

"Hay hombres llamados al oficio profético por causa de su humildad y su deseo de estar en las manos del Señor como arcilla en manos del alfarero. Sin embargo, el hombre llamado al oficio profético es casi sin excepción de elevada inteligencia, a menudo un hombre con una gran experiencia en la vida y poseedor de sabiduría y buen juicio. Esto es, el profeta, visto como hombre, es un hombre que por su capacidad superior se eleva sobre la multitud.

La filosofía reconoce el principio de que según el cual todo aquello que se recibe, es recibido conforme a quien lo recibe.

Reflexión: El estudio de los videntes en la Biblia nos invita a reflexionar sobre nuestra propia conexión con lo divino. ¿Estamos abiertos a recibir las revelaciones de Dios en nuestra vida?

David le pide a Dios que vuelva y fortalezca a su pueblo para que puedan vivir y resplandecer, y para que no se alejen de él.

El Antiguo Testamento de la Biblia menciona a varios videntes, como Moisés, Isaías y Ezequiel, quienes recibieron visiones divinas y transmitieron mensajes importantes a la comunidad religiosa. Sus mensajes eran tomados muy en serio y se consideraban como la palabra de Dios.

Los videntes en la Biblia eran personas escogidas por Dios para recibir mensajes divinos y transmitirlos al pueblo.

Ejemplo: Un ejemplo práctico de cómo podemos aplicar este salmo a nuestra vida diaria es a través de la oración y el estudio de la Palabra de Dios.

Explicación: En este salmo, David compara a Israel con una vid plantada por Dios en el monte de Sion. La vid es fuerte y frondosa y da fruto digno de ser mirado, pero ha sido destruida por los enemigos.

Os digo que no beberé más del fruto de la click for more info vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. Y habiendo cantado un himno, salieron al monte de los Olivos.